martes, 4 de febrero de 2014

If you were there, beware.

Madrugar para llorar no es vida, no soporto derrumbarme y hacerme añicos cada vez que alguien me incita u obliga a hablar profundamente acerca de lo que siento. Esta perra depresión me empuja al más desconsolador de los secretos que he descubierto demasiado temprano, a mí y a los que me rodean, porque no debe ser fácil presenciar ver a un ser querido sumergirse y ahogarse cada día un poco más en el fango de su propia opulencia. ¿Quién o qué puede librarme de esta pasiva apatía en la que nada me importa pero todo me presiona?, quizás nací con los ojos demasiado abiertos, un don maldito. Las últimas noches he rezado con tanta fuerza que tal vez en tu cabeza escuchaste los ecos de mis quejidos, debe ser tan bello creer que para todos hay un plan justo y divino. Si me ven en esta situación yo creo se debe a haber emprendido con demasiada fuerza contra mis propios defectos, por saber ver con crudeza esta realidad empirista. No sé lo que quiero ni lo que necesito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario