domingo, 27 de abril de 2014

Los roles se han invertido, y ahora soy yo el que toca a tu puerta esperando respuestas, y tú quien me evita por prudencia. No te culpo, ¿si puedes vivir sin mí por qué ibas a arriesgarte a volver a sufrir por culpa de mi indecisión?, podría prometerte que esta vez no será similar a la anterior y que me he dado cuenta de lo ruin que es dañar a una bella manzana en flor, pero todas estas palabras a ti te sabrán insípidas, vacías; y repito, no te culpo. Te llena más, te deja mejor sabor de boca saber que giro a tu alrededor, que soy tu Hubble particular y te observo desde la cercana distancia, caray, el tiempo ha pasado muy rápido y aún sigo orbitando. A mí también me resulta más fácil hablar con tu recuerdo que con tu verdadera figura, pero yo lo achaco al miedo, al miedo de muchos días de salir a buscarte y arrepentirme cuando estés delante de mí, por eso sueño contigo. Es una pena que ni siquiera mi gravedad afecte sobre tus mareas. Algún día llamaré a tu puerta y tendrás que rechazarme.

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