viernes, 2 de mayo de 2014

Blue in green.

Me odio a mí mismo y me desprecio incondicionalmente, dentro de mi cabeza circos mentales y lagunas de espeso fango. Estás ahí incluso adonde sólo llega la humedad de mis ideas, limpio de huellas. ¿Todo está en mi cabeza o eres vástago del mismo diablo? No sé disfrutar de las cosas buenas, mis pensamientos oscuros lo empañan todo... y toda mi inspiración revoca en un inexorable agotamiento por describir mi sufrimiento, y el resultado es siempre esta masa purulenta, este pus infecto de rabia y resentimiento. Por no hallar respuestas en culpabilizar a los demás hago recaer la responsabilidad de todos mis males sobre mí, y no estoy pidiendo socorro (no sean patéticos), realmente se siente muy confortable permanecer en el lado oculto de la luna por años. Estoy tan jodidamente acostumbrado a tus falsas insinuaciones y a mis instintos primarios que a veces las noches pasan delante de mis ojos como estrellas fugaces que devoran el cielo que son las paredes de mi ano. Soy aquella flor que torció su tallo buscando la luz del Sol y acabó padeciendo escoliosis aguda, ay de mí, ridículo amasijo de huesos, carne y vísceras, no soy más que eso, un asqueroso bípedo. Me avergüenzo de mi condición humana, aun más de mi condición mortal y sobre todo de mi condición masculina. ¿Por qué no arrancarme los testículos de cuajo?

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