martes, 12 de agosto de 2014

You said goodbye.

Te has marchado, como quien se ha ido de viaje a un país extranjero, como el que se muda de barrio; pero tú nunca regresarás. Nunca volveré a verte, nunca volveré a verte, nunca volveré a verte. Contigo he aprendido lo complicado que es el concepto de la muerte, y por tanto también de la vida. Simplemente ya no estás, pero si en algún lugar queda algo de ti es seguro que estarás con ella. 

Siento que no llegué a conocerte, y que lejos de ser cariñoso contigo (tal y como merecías) no aproveché los últimos años en los que aún estabas en casa y podías vivir a medias. Desapareciste de la misma manera en la que te mantuviste sobre la tierra, con dolor, esfuerzo y fortaleza, soportando tu gigantesco infierno personal. Y ahora estoy llorando, porque estás muerto y sólo vives en recuerdos que también acabarán por desaparecer.

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