martes, 16 de diciembre de 2014

Pliegues de una piel en blanco y negro.

Sentado establezco comunicación con el viento, en un descuido vuelvo a confiar demasiado en las personas, y el mismo transcurso de los acontecimientos me exhorta a no cometer el mismo error. Tanto tiempo perdido y malgastado, gastado al fin y al cabo, en esto y aquello, en proyectos que no veían luz. Colócame en mi sitio y excava en mi interior para no volver a estar dentro de nuevo, para clavar un cartel bien profundo que por necesidad prevenga del peligro. Planta tu semilla y riégame, hazme ver lo complicado que es el mundo y lo bello que podría resultar con un poco de suerte, y mientras permanezco abstraído atiende cómo el árbol crece y sus raíces me van drenando.

Es un bello ciclo, de amor a través de la destrucción. ¡Caballeros, a las armas, hemos de deshacernos de todo lo noble!, por amor, por amor quemaremos todo lo que tenemos. Culminación en la decepción, pureza en manos del odio. Amar es bello y finito.

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