domingo, 9 de noviembre de 2014

its over

La tristeza me es entregada como una cruel maldición, y yo la tomo como un don bendito. Hoy la aguja no quería entrar, tal vez mis músculos estaban agarrotados, pero no lograba pincharme. No hay confort en la tristeza, en permanecer tirado y yerto sobre el oscuro sofá si al otro lado de la puerta ella llora. Qué asco, ser tan egoísta que ni siquiera puedo ser egoísta con los demás. A veces un "estoy jodidamente enfermo", otras "esto ha terminado, voy a matarme", pero nunca "no desistiré", porque desistir es más placentero que correrme en la cara de alguna chica bella que despierte mi interés.

Ya no escucho el viento en mi ventana, ya no noto lel golpeteo en mis hombros. Sólo quiero callarme. Disculpa, no es culpa tuya haber dado a luz al anticristo, no es tu culpa que de tu coño haya surgido el más humeante y nauseabundo cráter en el que ni los cerdos quieren revolcarse. Porque en mi interior no hay nada bueno, porque nací y pensé que ser feliz era ésto hasta que paré a fijarme en el resto de las personas.

4 comentarios: