Hoy es 1984, y ya que el tiempo no es más que una medida difusa en la que con frecuencia la relatividad juega sus cartas podríamos añadir que ayer fue hoy, o que mañana ni siquiera existe. Centrémonos en el absoluto presente, porque siempre es ahora mismo y las opciones que elijamos durante el camino perturbarán por completo su resolución aportando a la vida un carácter impredecible y demostrando a los planificadores del futuro su intenso miedo a la nada. Así como el hombre ama a dios también teme al futuro, cosas que no conoce; ciertamente la especie humana acostumbra a acomodarse en la incertidumbre y de ahí obtener beneficio. Otro día comienza observando el arcoiris bajo el dogma de la supresión y la ignorancia, son juegos de manos; con la derecha nos entretienen con deportes, falsos atentados y odio, con la izquierda nos roban nuestras almas.
Hoy he vuelto a querer poseerte.
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