lunes, 14 de diciembre de 2015

Yonqui.

Me dreno por dentro cada vez que pienso en todo el dolor y la pena que hoy reinan en el mundo y lo simple que sería realmente deshacerse de todos los problemas, ser feliz es tan fácil. Mientras todos despiertan poco a poco mi alma ya está ivernando, cogiendo fuerzas para nacer otra vez. Cuando miro tu cara, y la lascivia no juega sus cartas, me veo solo porque siento que sigo siendo un crío más crío que tú, y es algo que no sé cómo sobrellevar. Mañana tengo que volver a levantarme para ir a un lugar que desprecio profundamente (no por el fin por el que fue construido, sino por el engaño en el que se cimentó) como el condenado a muerte que recorre la milla verde sin oponer resistencia aceptando su inevitable final o el cigarro que se consume en cenizas. Esta noche leo a Burroughs mientras espero a que amanezca para refugiarme de los fantasmas que de vez en cuando vienen de visita para importunarme, estoy jodidamente solo porque la tristeza de mi alrededor me suprime. 

Puedo verlos desde lejos enseñar sus colmillos casi por instinto dejando gotear la saliva a través de pequeñas e intencionadas fugas de sus labios, pero yo no soy así. Yo quiero vivir, danzar, llorar y reír, que todo lo que hago guarde un inquieto fin que siempre sea el de contemplar la felicidad en la sonrisa de mis más allegados para así volcar la buenaventura en la mía propia. Tengo miedo y de mi miedo soy culpable así como de mi dicha o mi desgracia, y no pretendo inmiscuirme con vanos reproches que tratan de pasar desapercibidos como indiscutibles alagos, pero carajos, estoy intentando hacer lo correcto con todas mis fuerzas y todo a mi alrededor me grita lo opuesto. Sé que nací para llevar la contraria y demostrar que todos aquellos mitos, leyendas y sueños premonitorios del pasado eran ciertos, que la esperanza no alberga límites y que si fui arrojado hasta aquí fue por algún motivo. ¿Y qué más da aun no siendo así?, si la vida no tiene un sentido inventaré uno. No sé qué estoy haciendo aquí, pero si vuelve a amanecer antes de que me duerma te aseguro de que no tendré los cojones para despertar.

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