martes, 23 de agosto de 2016

Es peligroso jugar con la ilusión, no hay mucho más que decir, las personas más cercanas a mí dicen que soy muy independiente, pero cuando miro al espejo yo sólo veo carencias. Este sabor en mi paladar me hace titubear entre el rencor y el remordimiento y la más extrema y apática felicidad, me hace sentir extraño. En mi interior estoy notando el cambio, apuesto duro, y no todos los días me siento bien. Supongo que en esto consiste un cambio, en tropiezos y aciertos, visto desde una perspectiva cósmica somos como explosiones y reacciones químicas al azar que dieron lugar al inmenso pozo de mierda donde habitamos y del cual formamos parte. Lo imaginaba de otra manera, con drogas y fiesta y sexo y atardeceres perfectos y una canción de Radiohead sonando de fondo, y al final justo antes de los créditos un primerísimo plano de mi rostro sonriendo sinceramente por primera vez desde que fue fabricado.

Somos artefactos extrañamente diseñados para joder, también capacitados para amar, y aunque siempre necesitamos el contacto con los demás también somos conscientes de que dicho acercamiento nos produce sufrimiento. Si hay un gran arquitecto me pregunto el motivo, qué carajos le empujó a crear un universo frío y yerto y colocar pequeñas partículas vivientes en su interior para que estas lidiaran con todas las dificultades del medio. Somos ratas de laboratorio, de un laboratorio enorme para el disfrute de nadie. Tal vez Dios sea un currito, tal vez él no pinta nada en esta mierda y simplemente pulsara el botón. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario