miércoles, 11 de enero de 2012

Angel, oh, angel. Eres irreal.

Oh, Christine, tú eres la puerta y la llave, la noche y el día, el cielo y la tierra, a veces infierno a veces cielo, el horizonte y el Sol. Muchos ignoran lo bonito de tu rostro y lo sensual que es tu cuerpo, y ahí es donde se encuentra tu verdadera belleza, en la ignorancia de los demás.

Oh, Christine, tu personalidad infravalorada pasa inadvertida por los ojos de muchos, pero por suerte no a los míos. Sabrías definir mi ánimo desde cualquier ángulo o perspectiva, me conoces mejor que yo mismo. Eres talento y sabiduría, odio y tesón, apatía y anhelo.

Mero soldado denodado con brío impávido y osado en guerras ajenas sólo por la justicia. Oh, tesón y razón; tú consigues, tú necesitas.

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