lunes, 9 de enero de 2012

No heaven, no hell.

"¿Qué hay después?", la gran pregunta, al menos para mí. Y no, no tengo miedo, más bien incluso curiosidad. Sé que hay lugares que me aguardan después de ésto, sin terror, sin inseguridad, simplemente confort. El bienestar que me provoca sentir tristeza, y la comodidad de saber que cuando me vaya antes de tiempo estaré feliz y sosegado.

No, no echaré de menos a nadie ni a nada, la música, el arte y la literatura no tendrán sentido, el amor y la libido, las necesidades fisiológicas, nada, nada importará después de aquello. Flotando olvidaré y conoceré la verdadera apatía, una indiferencia absoluta, esa que pretendo encontrar con la música. Rozando el cielo no lloraré, porque el apego no existirá; por lo tanto tampoco lo hará nostalgia. No tendré nada, seré yo mismo: una consciencia, algo inmaterial, una nube, una insignificancia en el nuevo e inmenso universo que me abrirá sus inmensas puertas de oro como un nuevo huésped. La muerte es un proceso biológico y no espiritual, pues nosotros, nunca, nunca morimos. Mi pasado no tendrá importancia ni quizás constancia de haber sucedido cuando llegue al valle del amor y del acogimiento. Experiencias hiperrealistas, colores inexistentes en esta dimensión, formas imposibles, sensaciones inexplicables e inconcebibles.

Quise conocer a amor y a la felicidad absoluta, y ahora estoy llorando por morir y alcanzar, eso que persigo y perseguiré para siempre, hasta que muera mi cuerpo y todo vuelva a empezar de nuevo quizás, como algo más allá del conocimiento posible y el entendimiento mortal, como un ciclo interminable; infinito.

"La gente tiene más temor a la muerte que al dolor. Es extraño que ellos teman a la muerte, la vida duele mucho más que la muerte. Cuando la muerte llega, el dolor termina."

Daft Punk - Make Love
Dot Hacker - Eye Opener
Ataxia - The Empty's Response

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