Caray, tendría que ser piedra, y me acuerdo del estaño. ¡Ah!, acabo de recordarlo, me odié por dejar que causaras en mí una sensación única, los presos como Brooks Hatlen acabamos extrañando la cárcel. Joder, puta pereza, pero me levantabas del sofá. Cuesta tanto mantener la cabeza erguida día tras día, no es nada fácil. Vuelan palabras, lentas vuelan como un huracán. Me acuerdo de las noches y de los días, de las tardes y las mañanas, de los crepúsculos y de mis estrías, momentos felices. Ya sabes por qué esta noche estoy conmigo y nadie más, pero en realidad también a tu lado. Soy tan sólo aire que rodea el hombro, haciendo puntería con mi falo. Puta alergia.
Bala perdida. No consumo tanta droga como quisiera, antes a la decadencia el suicidio. Los ateos no van al infierno, y a muchos les sorprende, la voluntad humana es superior a cualquier dios. Dios no ha muerto, pero está a punto de suicidarse.
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