jueves, 16 de mayo de 2013

¿Miedo?

Por supuesto, algunas cosas siguen haciendo daño, y cuando las veo aproximarse desde lejos gritándome que tenga cuidado, que vienen afiladas, es cuando me giro y miro hacia otro lugar. De esa bendita manera mantengo mi felicidad.

¿Quién dice que Nietzsche nunca llegara a rezar? Estoy mordiendo culos, que no lamiéndolos, y he tragado mentiras. Cuando pienso en tu gravedad propia de un agujero negro supermasivo y en todos los astros que atrae, pena absoluta. Pero no siento vergüenza por mi debilidad, ella me hizo fuerte. Me siento feliz por los sueños que tengo y que se disipan al despertar como el humo, cuando trato de agarrarlos desesperadamente y se escapan, se escapan porque son gas en mi cabeza. Sentí que mi felicidad resultaba más utópica que la anarquía, así que ahora creo en todo. La búsqueda del superhombre, sí, moda, así que os jodan.

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