martes, 28 de mayo de 2013

Serenos, alegres, valientes, osados.

Rompan los derechos naturales, si tan poderosa es la humanidad, destrúyanlos y demos tan sólo importancia a los positivos, aquellos que nosotros mismos creamos a partir de la historia y no desde la naturaleza o Dios. Cuando comencé a creer que la providencia estaba empezando a apiadarse de mí, fue cuando comprendí por primera vez que no debo creer en ella. El nihilismo ampara más que la religión tiempo después de arrojarte al más vil y desierto lugar donde la mente humana pueda encontrarse, tan sólo se puede salir de allí con fuerza y determinación. Cuando la humanidad se percate de que el control no lo tiene ella, y de que jamás lo tendrá, entonces alcanzará lo más parecido que pueda poseer: la autodeterminación y la libertad de la que la religión nos priva. No hablo de la valentía, sino del orgullo y en ocasiones, la soberbia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario