lunes, 21 de septiembre de 2015

Para ser libre un individuo debe vivir como si ya hubiera muerto en vida. Pero qué sabrán ellos si jamás leyeron un libro, contemplaron una buena película o amaron realmente expandiendo los límites de su amor más allá de los celos o la posesión. En fin, me siento tan mediocre como ustedes, juzgando y sentenciando por placer; para vosotros una satisfacción, para mí una vergüenza. Sería grato construir los pilares de la virtud alrededor de la necesidad concibiendo el medio como fin y hacer de todo lo efímero algo continuo y perpetuo. 

No puedo culpar a quienes me critican, la ignorancia es una enfermedad, no un pecado. Aun así acepto mi rol porque él me escogió a mí, ¿quién si no iba a soportar esta pesada carga? Y no lo hago por mi beneplácito, no se equivoquen, no tengo enemigos ni rivales pero sí personas a las que rechazo, inclusive a ellas algún día llegarán las ondas de mis pensamientos y tal vez en otras vidas sepan aprender del legado que dejo. Qué risas deben provocar estos renglones a aquellos ojos vírgenes de tal abominable manifiesto, pero más gracioso es que no entiendan la mitad de lo que quiero decir, solamente los reproches.

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