jueves, 19 de septiembre de 2013

Abierto hasta el amanecer.

De este perro cabrón pueden aprender algunas cosas, porque mantiene su corazón abierto hasta el amanecer. Me cago en el pecho de todas esas frases optimistas sin sentido, si los problemas vienen de uno en uno los fulmino a doscientos cincuenta metros por segundo, y no hay más. Moja la yema de tu dedo índice y lo demás supongo puedes imaginártelo; a veces pienso que mi vida es un guión de una película barata, a veces pienso que Dios juega a las damas conmigo. ¿Fichas negras o fichas rojas?, ¿blancas o negras?, no importa quién mueva primero, sino quién mueva el último. Pienso en ti, pero parece que quieres marcharte, ¿no vas a mirar atrás?, desde hace tiempo supe que cambiarías y no te esforzarías por continuar agarrando mi mano aunque nuestros caminos se separasen, y ni se te ocurra decirme que esto es culpa mía. No estoy seguro de si he tocado aun fondo contigo, pero esto se acabó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario