sábado, 7 de septiembre de 2013

«No sois vuestro trabajo, no sois vuestra cuenta corriente, no sois el coche que tenéis, no sois el contenido de vuestra cartera, no sois vuestros pantalones, sois la mierda cantante y danzante del mundo».

Camino de regreso a casa aterrorizado de mis propios pensamientos, recordando los "pudo ser y no fue" y los "fue bonito mientras duró"; me hacen fuerte y débil al mismo tiempo. Ando con mis fieros, así que no fiaros. Despreocupados desfilamos por las calles que nos vieron crecer, sin miedo a miradas inoportunas y obviando juicios empiristas. A veces pago con lágrimas los pecados que cometo contra mí mismo, pero con frecuencia de más. Lo que posees acaba poseyéndote, y yo soy la ira de Jack que me hace gritar sin control en sueños. 

¡Y hostias!, encontré la libertad, porque perder toda la esperanza te hace jodidamente libre. No esperar nada hace que todas las ilusiones huyan precipitadas del cuerpo del individuo, te deja lo suficientemente delgado como para poder deslizar las manos de entre los grilletes que la cultura se encarga de poner en tus muñecas desde la más tierna infancia. Sólo la más iracunda o pasiva autodestrucción conlleva a evolucionar, es como un gigantesco paso que te hace avanzar años luz entre los astros. Ten siempre en cuenta el margen de error, my darling, vive siempre con la idea de que a Dios no le caes bien. Soy la total falta de sorpresa de Jack.

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