Otro día transcurrido significa veinticuatro horas más que se suman al retraso de ese tan esperado discurso en forma de disculpa que le debo a tantas personas, nunca podrán moverme del sofá, no lo intenten. Hacer de un final consumado algo trágico es un insulto, malgastar la vida. Algunas amistades duran menos de lo que debieran, otras más; por fruto de la casualidad cruzamos caminos. Todas las drogas que consumo me dicen que sería mejor tomarlas contigo, así que hago caso omiso a mis desvaríos y me lanzo de cabeza al océano, obviando toda clase de señalización. Convivo con la paranoia, algunas tardes te quiero más y otras noches menos y viceversa, y no trates de comprenderme.
Y me pregunto, ¿qué diferencia existe entre depender totalmente de una persona que de una sustancia?, ¿por qué damos importancia a la adicción? La persona más feliz del mundo es el heroinómano que acaba de chutarse, ¿y por qué eso no podría llamarse felicidad si hay otras miles de cosas el doble de superfluas a las que damos más importancia de la que ni en sueños debieran tener? Si el mundo está cabeza abajo, no te preocupes, siempre va a haber personas encargadas de hacerte creer que todo va bien mientras tus vecinos perecen entre llamas.
Algunas noches salir tarde durante un rato con un par de amigos para fumar y relajarme, otras huir de casa al encuentro de mis labios con un cigarro y por el camino arder bajo el despiadado astro rey que no da cuartel en absoluto.
Escribes tan bien... Estoy totalmente de acuerdo. Conozco a una pareja que le parece bien tener dos coches, un piso en Madrid y una casa en el pueblo (la cual esta construida en el que antes era mi lugar favorito, ya no porque han destrozado el paisaje)pero tratan mal a buenos amigos mios porque se drogan. No me entra en la cabeza. Son superficiales, mentes vacias. No comprenden la libertad. Piensan que la libertad se compra. Son gente verdaderamente asquerosa."El mundo esta cabeza abajo" Un fuerte abrazo y animo
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