miércoles, 15 de junio de 2016

Parece que la felicidad estuviera muy cerca, siempre ha ido un paso por delante de mí, creo que le estoy ganando terreno. Está ahí, la oportunidad de deshacerme del dolor es mía. Si buscas y crees encuentras y te cercioras, me siento tan seguro que si todo se derrumbase ni siquiera me importaría. Ante las imposiciones del día a día y de la asquerosa rutina clavo en el suelo los talones de mis botas manchadas de barro y aguanto la embestida, estoy bien, cuánto más sufro mayor es el placer al encontrar mi camino. Es como regresar a casa y abrir una cerveza y liarte un porro y beber y fumar después de haberte dejado la piel (en ocasiones literalmente) en algo que tiene valor para ti. Se trata de la chispa que es capaz de prender el granero, la búsqueda de la satisfacción mediante el esfuerzo.

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