martes, 23 de julio de 2013

Drogas y amistad.

Chavales dentro de la habitación disfrutando de las rimas de Mucho Muchacho, sin más preocupación que la de rular el porro. La fascinación por las drogas me ha unido a personas que jamás supuse y me ha reconciliado con otras que consideraba imposibles, y lo admito, traicioné mi ética vitalista al abandonar ese bendito lugar donde los complejos se quedaban en la puerta. De regreso en coche hacia el pueblo iba disfrutando de la santa música de los monos y muriendo por dentro de celos y pena.

C. Tangana - Seco

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