domingo, 8 de noviembre de 2015

Nunca me perdonaré lo que estoy a punto de hacerte, estoy al borde, pero elijo vivir.

Escapo camino de vuelta a la melancolía, ella siempre me arropa, ella siempre me entiende. Me dice que todos están locos, que algún día un ángel descenderá del cielo y hará sentir en mi pecho la calidez, que no estoy solo y que encontraré mi camino, que soy tan bello como lo patético que me veo a mí mismo. Me dice todo lo que quiero escuchar cuando lo necesito. Es el tiempo de sentir, de no desistir jamás, jamás. Por muy espesa que sea la noche, por muy coaguladas que estén las lágrimas; en mi corazón siempre conservaré esa pequeña luz.

No sé qué estoy haciendo aquí, y mientras trato de encontrarme la gente pretende que pierda el tiempo acumulando dígitos en un monitor de un banco a cambio de mi tiempo vital o estudiando los métodos por los cuales nos esclavizan económicamente. Pero ya es tarde, no pueden detenerme.

Cuando caigo no pienso en nada más, dejar caer mi torso como el de un muerto rebotando contra el colchón una, dos y hasta tres veces marcando la cadencia con la que la muerte se comunica conmigo en sutiles contoneos. Pero amigo, es eso o la droga, es permitir que las penas respiren un poco de oxígeno mientras se asoman por mi garganta o ahogarlas con humo. Son como las abejas, les asusta un poco de fuego, pero a mí no. Por eso quieren salir de mi interior, se están quemando, las estoy quemando. Es eso o permitirme ser un ignorante.

Lera Lynn - My Least Favorite Life (Live)

No hay comentarios:

Publicar un comentario