domingo, 16 de octubre de 2011

Aún sigue esperando algún tipo de responsabilidad viable, con la cual se bese como él quisiera.

Se encontraba sumamente deprimido, pero a pesar de que yo, quizás su mejor amigo, me encontraba a su lado no se desahogaba conmigo; ni conmigo, ni con nadie. Uno de esos días de reconciliación con Complain, que ciertamente ya se hicieron típicos, él se encontraba feliz, supongo que por la apatía que le provocaba, la que él sentía al igual que yo; pero que yo a diferencia de él, sentía y siento porque tengo un tesoro que nadie más tiene y que me llama cada mañana de cada Sábado y Domingo.

Era un día importantísimo para Complain y que en realidad resaltaba más que los demás que le guardaban un parecido exagerado, porque ciertamente se estaba quedando sin amigos y esos momentos eran decisivos para arreglarlo todo. Ella se me acercaba a mí y a Vicent, mi pobre mejor amigo. A mí, como siempre pensó Vicent, me prestaba más atención, y aunque en el pasado pensábamos contrariamente esta vez opiné que tenía razón, le ignoraba o le prestaba menos atención que a mí. Yo, le pregunté ese día después de fumar con él y otro grupo de amigos, en el cual se incluía Complain: "¿Qué te ocurre hoy conmigo?", me respondió que "Nada", pero no uno de esos "Nada" que dejan con la duda; o más bien certeza de que existe algún tipo de animadversión, si no un "Nada" claro y conciso que daba la seguridad absoluta a mi corazón de que me seguía queriendo porque éramos casi hermanos.

A menudo le cuestionaba si seguía sintiendo algo por Complain, si las cenizas que dejó el estriposo fracaso sentimental que tuvieron los dos, Complain y él, habían revivido y le estaban quemando por dentro, Vicent me lo negaba rotundamente. "No, paso, es imbécil" decía, cuán poco creible me resultaban sus palabras. No sé si seguía sintiendo algo por Chocolate, o si había dejado de sentir ocasionalmente para hacerlo constantemente, no lo tenía para nada claro.

¿Por qué él lo tenía que pasar tan mal?, sufría por tantísimas estupideces, se autoproclamaba como "El rey de los idiotas sin sentido", lo era. Esa misma noche, le hizo saber a Complain que seguía sintiendo algo, quizás insignificante, pero lo hizo porque ella le hizo creer lo mismo con anterioridad, digo creer porque él llegó a pensar que era mentira. Sin embargo a todo, Vicent lo tenía claro, no volvería a pasar calvarios como los de hace semanas, no volvería a quedar con ella tardes y tardes sin fin; dedicarlo todo a Complain en definitiva. Él definía esa falsa responsabilidad de pasar días y días con ella como: "Algo pesado. Uno de esos trabajos forzosos que te hacen llegar rendido a casa."

Finalmente las falsas esperanzas que Complain hizo que Vicent plantara en esa pequeña posibilidad que ella misma le había hecho crear, fueron arrancadas por sus manos, por Complain al negarse rotundamente. Vicent pensaba, y le daba vueltas una y otra vez, pensando el por qué de que le dio esa estúpida y vana fe sabiendo ella perfectamente que no se dignaría a decir que sí. Se decía así mismo "¿Se estará burlando de mí?".

Roto por dentro, habló con Chocolate, ella le denegó cualquier viable petición indirecta de Vicent. El pobre se sentía una mierda por pretender intentar jugar a dos bandas. Terminado todo, decidió no volver a caer en sus garras por nada del mundo, porque realmente opinaba que Complain lo hacía todo para tenerlo en su anzuelo. Intentó guardar todo ésto en su interior, le resultaba vergonzoso ser a su parecer así de imbécil. A partir de ahí volvió a comportarse apáticamente y todo volvió a la normalidad, el rencor regresó a los corazones de ambos, y Vicent, además de reconsiderar cada noche la idea de tragarse un tubo de pastillas, perdió lo más preciado de sí mismo: la "T" de su bello nombre y del cual se sentía orgulloso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario