Los bajos eléctricos son estéticamente perfectos, como la chica rubia de la cabina con esa preciosa chaqueta de rayas amarillas y celestes, como mis maneras de decirte que lo dejes; que no hay solución. Debo ser... ¿cómo decirlo?, falso, mentiroso. Quizás no tanto, porque hago lo que debo hacer. Mentir está bien cuando se usa como vaina para la espada que es en ocasiones la verdad.
¿Puedes oirme?, soy yo. Las ganas de Diciembre se esfumaron, las lágrimas de Agosto se secaron y la libido de Verano que me inducías no se sació, pero está encerrado. ¿Serías ahora capaz de esquivarme de nuevo?, no podría atacarte otra vez, porque no soy un lascivo de mierda como podrías haber pensado.
¿Podrás creer que conocimos el estrés y la deshonra?
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