miércoles, 12 de octubre de 2011

Nameless.

Me siento tan castrado, cobarde y deprimido. No tengo apellidos, sólo una mala guitarra y un pésimo talento musical. Viólame, viólame lo más fuerte que puedas, y sube la música lo más alto que alcance. No recuerdo en qué consistía mi vida, quizás en personas que ya desaparecieron de mi corazón hace tiempo y que se llevaron consigo una pequeña parte de él. Mi líbido sólo lo pueden despertar un número limitado de personas, qué triste. Mi pesadez tan sólo es superada por mis ocasionales ganas de besar, y por mis alardes de osadía y atrevimiento cuando en realidad soy justo lo contrario; un asustadizo pusilánime. Que sepa a chocolate mi boca, a sal mi simiente, y que sólo tú puedas corroborarlo.

Mis únicos gestos de valentía los corté yo mismo en mi piel, ni siquiera sé si eso es valiente o cobarde.

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