miércoles, 22 de febrero de 2012

We could be so good dead.

Squeeze, bella Squeeze. De pelo negro castaño y ojos bellos, altura corriente y belleza sin parangón. Estás enamorada, tan enamorada que parece imposible. Llevabas mucho tiempo en esa tienda, expuesta junto a los demás instrumentos, hasta que tu actual dueño te compró. Comentaban los humanos que tus maderas eran de mala calidad, pero Dueño te adora tanto. Nunca te llevaste bien con la otra guitarra de la casa, esa guitarra española que tu detestas. Estuviste aburrida por semanas y meses que se te hicieron eternos, hasta que, un día, un año más tarde de tu llegada a tu nueva casa apareció él, Zum. Alto y pelirrojo, flaco pero fibroso, sus cabellos lucían tan favorables a la luz del Sol. Sus cuatro clavijas eran lo más resplandeciente que admiraste jamás, ¡nunca viste nada igual!, el bajo más precioso. Os pasáis los días en el sofá de Dueño, tumbados entre los cojines negros y dorados, éstos os miran con malos ojos, pues cuando nadie está observando vuestras almas se frotan y vuestras cuerdas se enlazan; los instrumentos también hacen el amor. ¿Os podrían ver ojos humanos más que como dos bastos trozos de madera teñidos?

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